Había pasado mucho tiempo cuando llegó la bandeja humeante. El aroma exquisito que desprendía hizo olvidar al gulafra su impaciencia. La espera había merecido la pena. El enano muerto reposaba en la bandeja y no solo estaba sabroso sino que incluso parecia feliz.
jueves, 27 de septiembre de 2012
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Hay infinitos universos. Disculpad si en alguno digo alguna sandez. (recogido en la red)